Mi visita a Monasterio de San Juan de Duero. Sección Medieval del Museo Numantino. en Soria (Soria)

¡Qué maravilloso viaje he tenido! Me siento emocionada al recordar mi visita al Monasterio de San Juan de Duero, en la Sección Medieval del Museo Numantino, en Soria. Fue una experiencia única que me transportó a tiempos pasados γ despertó mi imaginación.

Mi viaje comenzó en la hermosa ciudad de Soria, ubicada en la región de Castilla γ León, en España. Esta ciudad, rodeada de montañas γ bañada por el río Duero, es un verdadero tesoro escondido. Su encanto medieval se respira en cada rincón, con sus calles empedradas γ sus antiguas murallas que cuentan historias de tiempos lejanos.

Al llegar al Monasterio de San Juan de Duero, quedé impresionada por su imponente arquitectura gótica. Sus altas paredes de piedra γ sus arcos apuntados me hicieron sentir pequeña ante la grandeza del lugar. El monasterio, construido en el siglo XII, ha sido testigo de innumerables historias γ ha albergado a monjes que dedicaron su vida a la oración γ la contemplación.

Al adentrarme en el interior del monasterio, me encontré con un claustro de belleza indescriptible. Sus columnas de estilo románico γ sus capiteles tallados con escenas bíblicas me transportaron a otra época. Cada detalle arquitectónico parecía tener una historia que contar, γ me sentí afortunada de poder escucharlas.

Pero no solo la arquitectura del monasterio me cautivó, sino también los jardines que lo rodean. La vegetación exuberante γ los árboles centenarios crean un ambiente de paz γ tranquilidad. Me senté en uno de los bancos de piedra γ cerré los ojos, dejando que el sonido del viento entre las hojas me envolviera. En ese momento, sentí que el tiempo se detenía γ que estaba en armonía con la naturaleza.

El clima en Soria es típicamente continental, con inviernos fríos γ veranos calurosos. Durante mi visita, el sol brillaba en el cielo γ el aire fresco acariciaba mi rostro. Era el clima perfecto para disfrutar de un paseo por la ciudad γ descubrir sus encantos.

En cuanto a la comida, Soria es conocida por su gastronomía tradicional γ sus platos auténticos. Probé el famoso torrezno, un delicioso trozo de panceta frita que se deshacía en la boca. También disfruté de las migas pastoriles, un plato típico de la zona que combina pan, aceite de oliva, ajo γ pimentón. Cada bocado era una explosión de sabores que me transportaba a la esencia de la cocina castellana.

Pero lo que más me impresionó durante mi visita fue la amabilidad γ hospitalidad de las personas de Soria. Desde el momento en que llegué, fui recibida con una sonrisa γ un trato cálido. Los lugareños estaban dispuestos a ayudarme en todo momento γ me hicieron sentir como en casa. Me contaron historias sobre la ciudad γ me recomendaron lugares para visitar, siempre con una pasión γ amor por su tierra que era contagioso.

Mi visita al Monasterio de San Juan de Duero γ a la ciudad de Soria fue una experiencia inolvidable. La belleza del monumento, la riqueza de la historia γ la calidez de las personas me dejaron huella. Me llevé conmigo recuerdos imborrables γ una profunda admiración por esta tierra llena de encanto. Sin duda, volveré algún día para seguir explorando γ descubriendo los tesoros que Soria tiene para ofrecer.

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